Hoy tengo la oportunidad de acercarme hasta vosotras/os en este día en el que celebramos un acto político con motivo de la puesta en libertad del camarada Ibai Aginaga, a la par que reconocemos su trayectoria militante, para realizar un ejercicio de memoria y reflexión sobre mis impresiones hacia su figura, así como de cuestiones más generales.
A Ibai tuve el orgullo de conocerle en su juventud junto a ese espíritu inquieto, comprometido y siempre presto para las tareas que el momento político requería. No creo que haga falta remarcar viendo los episodios represivos de los que fue objeto, así como su justa línea de actuación para resolverlos, qué categoría de militante y persona tenemos junto a nosotros y nosotras.
Pero esto me lleva a preguntar: ¿Qué existe de novedoso sobre Ibai? ¿Qué le caracteriza de otros casos que han sufrido la represión fascista y han actuado de manera parecida para resolver sus raíces políticas, sociales y económicas? Y aquí precisamente he encontrado los rasgos particulares y generales que quisiera remarcar para dar sentido y orientarme en este acto.
En lo particular, Ibai, has cumplido con nota las obligaciones militantes que el proceso de Liberación Nacional demandaba en cada momento: 1) Mantuviste la disciplina y unidad necesaria (sin olvidarte de la lucha) para arrastrar a los sectores pequeño burgueses y acomodaticios; a los intelectuales nacionalistas y aventureros de todo pelaje, al enfrentamiento más resuelto contra el estado. Unidad que definíamos bajo la consigna: «Independencia y Socialismo; Bietan Jarrai». 2) Cuando los sectores más vacilantes y desideologizados hicieron realidad todas las maniobras orquestadas durante décadas, no mordiste el anzuelo y mantuviste uno de los principios básicos definidos por el socialismo científico como principal: la independencia del proletariado. 3) Estando bajo la represión del Estado Español en sus cárceles, así como la presión sistemática de sus nuevos colaboradores vascos, no arriaste ninguna bandera, no cediste ningún principio para buscar beneficio por ello, dejando con esto el presente y futuro de Euskal Herria y la clase obrera en su conjunto, en posición de avance y conquista de objetivos tanto inmediatos como aquellos más estratégicos.
Con este tipo de ejemplos desde la cárcel y con su traslado a la sociedad, a pesar de los intentos por ocultar, tergiversar y descalificar, procedentes de los sectores escisionistas vascos y sus métodos oportunistas como infiltrados de la burguesía; no han conseguido llevar al lodazal del ridículo político y la impotencia práctica, a la vanguardia del proletariado vasco, que ha sabido recomponerse no sin gran esfuerzo, a las maniobras canallescas y de manipulación que ya pretendieron los Euskadiko Ezkerra, los Aralar y compañía, y que tanta confusión han creado entre nuestros aliados.
En general, hoy el pueblo vasco y su clase obrera, van tomando consciencia sobre donde se sitúan sus enemigos y cuáles son sus principios irrenunciables que marcarán su práctica política. La «Unión Teológica» que configura las filas reaccionarias está compuesta de una mezcolanza de títulos académicos y servidores como los sindicalistas amarillos, abogados/as, sociólogos/as, historiadores, periodistas, etc; que mediante la autocomplacencia que les otorga los réditos emocionales y sentimentaloides de la manipulación de los símbolos que representan las estructuras de la etapa anterior, entre otros, ETA y los presos, han logrado pasar del contrabando su alineación más pérfida con la socialdemocracia más demagógica y social patriotera. El aparente éxito que sus plumíferos tratan de presentarnos con argumentos a cada cual más peregrino y trasnochado, no pueden ocultar su evidente fracaso y consiguiente victimismo patético. El principal mérito al que pueden aspirar, es la proyección de sus carreras profesionales como legitimadores de la explotación y dominación de los pueblos oprimidos.
En definitiva, la lucha contra nuestros enemigos seculares: El Estado imperialista español y el oportunismo pequeño burgués, revisionista y nacionalista, es lo que para mí representa el compromiso del camarada Ibai, y por todo ello tengo que reconocerle su dignidad militante. Ongi etorri Ibatxu! Jo Ta Ke irabazi arte!
A modo de conclusión quisiera poner en relación la situación internacional que está generando una vez más el capitalismo monopolista y financiero, sus estados, el imperialismo, con nuestra realidad y necesidades más cercanas. Y es que si deseamos acabar con las guerras de rapiña y destrucción humana y de naciones que éstas generan de la mano del imperialismo internacional, hoy en el este europeo, «ayer» en Oriente Medio, Asia, Latinoamérica, etc., nuestra tarea debe centrarse en conseguir la destrucción de nuestras burguesías nacionales y su órgano de dominación, el estado.
Como sabemos, la burguesía vasca hunde sus raíces y destino junto al monopolismo español, teniendo en su estado los pilares sobre los que asentar su seguridad, estabilidad política y social, resultando ingenuo pensar que está interesada en romper dichas ataduras o ceder de manera pacífica su posición hegemónica en tanto clase. Ante esta realidad, las fuerzas que luchamos por la liberación nacional y la autodeterminación, conscientes del carácter fascista del régimen español, con todas sus conexiones y centralización represiva, debemos coaligar y forjar la unidad con la lucha obrera y los sectores populares que luchan por la derrota del estado monarco-fascista.
En esta lucha prolongada no debemos permitir que aniden en nuestro ser, el cansancio o el derrotismo, como tampoco el aislamiento nacional refutado por la historia más reciente. Sólo mediante la perseverancia de la mano del internacionalismo proletario; con lo mejor de nuestra audacia y vigor como única clase verdaderamente revolucionaria; con la organización a todos los niveles, desde los círculos de lectura y debate hasta las tareas más orgánicas; con la convicción de la validez de TODOS los métodos de lucha; etc, podremos lograr mejoras de nuestra vida y avances en todos los frentes; desde el ideológico, el político, al económico; y desenmascarar al mismo tiempo, «el fin en sí mismo», en el que han convertido las mascaradas electorales, con sus cambalaches hipócritas y legitimadores de la explotación y el fascismo, los nuevos aptos a ingresar en la legalidad imperial.
Para acabar, la lucha por la Amnistía Total y la solidaridad con las presas y presos políticos debiera ser popularizada y explicada para arrebatársela a los filisteos del legalismo y el compadreo parlamentario fascista. La Amnistía como reivindicación es un poderoso arma para la acumulación de fuerzas antifascistas.
Besarkada estu bat kamarada! Eutsi goiari!
¡Organización y lucha! ¡Autodeterminación y Amnistía!
¡Socialismo o barbarie! ¡Guerra a la guerra!
Daniel Pastor Alonso
Marzo de 2022
Pdt: Me gustaría recordar de forma muy especial a todos y todas las compañeras caidas en la lucha, a las cuales tratan de ocultar entre las paredes de sus hogares y en el seno de sus familias.