Estas autoridades han permitido que las obras del tren de alta velocidad acumulen tramos de vía muerta, sin conexión entre ellos en alta velocidad, acumulen denuncias de corrupción, y situaciones absurdas de estaciones vacías y líneas cerradas por su nula utilización. El TAV es el mejor ejemplo de cómo con dinero público grandes empresas se han enriquecido en obras de nula utilidad social. Como se ha publicado en los últimos días este viaducto de las obras del TAV, en la práctica supone echar directamente a la basura 11 millones de euros, todo un despropósito sin límite. A espaldas de los ciudadanos se echan a la basura millones de euros, mientras se recortan servicios fundamentales en sanidad, educación y servicios sociales.
Hablamos de 11 millones en un viaducto que no se usará, 11 millones que se traducen en una escultura al despropósito político. Toneladas de cemento sin uso alguno enterrando millones de euros públicos. Otra más del proyecto del TAV, caracterizado por ser un proyecto turbio, de nula rentabilidad social, despilfarrador y ejecutado a espaldas de la ciudadanía. El viaducto sobre el Nervión en Zaratamo reúne todos los despropósitos del TAV: un proyecto mal realizado que tuvo que ser modificado desde el inicio, 3 millones de euros de desviaciones para 435 metros de obra y para culmen, a sabiendas de que no se iba a utilizar, se finaliza en su totalidad. El no va más.
Mugitu Mugimendua