La Audiencia Nacional ha puesto en libertad al venezolano Mario Leonardo Rocco, ex alto cargo policial, contrarrevolucionario huido de la justicia de su país, que había sido detenido el 22 de septiembre en la isla canaria de Lanzarote. Rocco está acusado de participar en la muerte de un estudiante de izquierdas en unas revueltas que se produjeron en Valencia (Venezuela) en 1994. Los jueces españoles han adoptado esta decisión alegando que no han recibido la documentación suficiente para extraditarlo. No obstante, dicen que cuando Caracas envíe el expediente completo, reactivarán la orden de detención.
Contrasta la flexibilidad del Tribunal de Excepción español ubicado en Madrid- que pese a conocer el currículum de este tipo lo deja en libertad con las consecuencias que ello podría acarrear- con la inflexibilidad que demuestra frente a Arturo Cubillas, antiguo independentista vasco, nacionalizado venezolano, sobre el que todos los días nos regalan titulares acerca de la petición de extradición por “colaborar con ETA”, demanda basada, única y exclusivamente, en las confesiones de los presuntos miembros de ETA Igor Portu y Mattin Sarasola, que fueron obtenidas bajo tortura, según los estudios realizados por varios forenses y peritos.