Quito, 16 oct (PL) La capital ecuatoriana vibró anoche con el grito de más de 50 mil gargantas en apoyo al llamado del Presidente Rafael Correa de unirse, superando absurdas diferencias, y organizarse en Comités para defender la Revolución Ciudadana.
Concentrados en la céntrica Plaza de San Francisco tras marchar por la democracia en condena al intento de golpe de Estado y magnicidio del 30 de septiembre, la multitud escuchó a funcionarios, parlamentarios, dirigentes sindicales, campesinos, estudiantiles, de mujeres y finalmente a Correa.
En un discurso donde destacó la reflexión hecha de los recientes acontecimientos, el Mandatario afirmó que de esa jornada gris del 30 de septiembre sólo hay perdedores. Perdimos la vida de cinco personas, la imagen del país, la imagen de la policía, acotó.
Toda revolución tiene su propia contrarrevolución, subrayó y llamó, hoy más que nunca, a la firmeza, ni un paso atrás para que a esta Revolución no la pare nada ni nadie y a organizarse para defenderla con comités en los barrios y cuadras del país.
Nada tenía que ver la insubordinación de un sector minoritario de la policía con la protesta por una ley que sólo pretende ayudarlos y de la cual fueron desinformados sin siquiera haberla leído, señaló Correa, tras precisar que esa asonada venía preparándose hacía tiempo.
Esta enorme concentración nos llena de esperanza y alegría dentro de tanto dolor por cinco vidas perdidas que jamás olvidaremos, dijo, y reiteró la decisión de castigar a quienes recibieron con criminales balazos al pueblo que se movilizó desarmado a rescatar a su Presidente.
Hoy más que nunca reiteramos el compromiso de profundizar la Revolución por la que cinco patriotas murieron y cientos fueron heridos, subrayó, tras denunciar se trata de golpes de nuevo tipo, donde los responsables no dan la cara y si fracasa se lavan las manos en sus madrigueras.
Este golpe fue preparado con semanas de anticipación, aseveró. Hay muy extrañas coincidencias, en Miami los gusanos de la Revolución Cubana presentando al ex presidente Lucio Gutiérrez como la única esperanza de Ecuador y, entre el público, banqueros ecuatorianos prófugos de la justicia.
La táctica fue muy similar a la utilizada el 21 de enero del año 2000 cuando dejaron entrar una protesta indígena a la Asamblea Nacional, se generalizó el caos y cayó el gobierno, explicó, «pero ahora lo que se generalizó fue la movilización del pueblo para salvar la democracia».
Cuando capturaron al Presidente les fracasó el complot y entonces sólo les quedaba matarlo para consolidar el plan golpista, agregó Correa, luego de precisar que también quisieron matar a otros funcionarios del gobierno y el Estado.
Nuestra América ya no va a aceptar más botas asesinas, enfatizó al agradecer a todo el pueblo ecuatoriano, pues con esa valentía nada ni nadie nos podrá detener aunque el enemigo siga conspirando.
Ahora, recalcó Correa, pese al dolor, a sacar experiencias, con mayor compromiso hacia el futuro, por las amas de casa y los niños, los pobres, los trabajadores, los campesinos, los estudiantes, los migrantes, los empresarios honestos, por todo el pueblo, por la justicia social y la equidad.