Huel­ga de ham­bre en el cen­tro de deten­ción de inmi­gran­tes de Cam­ps­field Hou­se, Ingla­te­rra- La Haine

Cam­ps­field Hou­se es un cen­tro de deten­ción de inmi­gran­tes ubi­ca­do en Kid­ling­ton, a unos 10 km de Oxford, Ingla­te­rra. Es una cár­cel con áni­mo de lucro a car­go de Group 4 y super­vi­sa­da por fun­cio­na­rios de inmi­gra­ción del Minis­te­rio del Inte­rior. Anti­gua­men­te fun­cio­na­ba como cen­tro de deten­ción de jóve­nes, has­ta que en noviem­bre de 1993 reabrió con las actua­les carac­te­rís­ti­cas. El Con­se­jo Parro­quial de la zona se opu­so al pro­yec­to, pero sus deseos se vie­ron anu­la­dos por Interior.

Hay 200 pre­sos en Cam­ps­field Hou­se. La mayo­ría de ellos son refu­gia­dos polí­ti­cos que han esca­pa­do del peli­gro, la tor­tu­ra o inclu­so la muer­te de paí­ses como Nige­ria, Alge­ria, Gha­na, Tur­quía, la India o el Con­go. Están dete­ni­dos sin car­gos, sin tiem­po lími­te, sin nin­gún moti­vo que se les haya comu­ni­ca­do, y sin debi­do acce­so a unx repre­sen­tan­te legal. Amnis­tía Inter­na­cio­nal denun­cia que se están infrin­gien­do unos dere­chos huma­nos mun­dial­men­te reco­no­ci­dos. El ex Ins­pec­tor Jefe de de Pri­sio­nes de Su Majes­tad (el juez Stephen Tumim) y la Fun­da­ción Médi­ca para el Cui­da­do de las Víc­ti­mas de la Tor­tu­ra han con­de­na­do las con­di­cio­nes de Cam­ps­field House.

Los pre­sos de este cen­tro son det­nei­dos detrás de una valla de unos seis metros aca­ba­da en alam­bre de espino. Hay cáma­ras de vigi­lan­cia por todo el recin­to, y los fami­lia­res y ami­gos de los dete­ni­dos que desean visi­tar­les son cachea­dos para des­pués tener que pasar cin­co puer­tas de con­trol remo­to. Hay un moles­to sis­te­ma de mega­fo­nía que se oye des de cual­quier rin­cón, has­ta en las cel­das com­par­ti­das. Cam­ps­field Hou­se fun­cio­na como una pri­sión de alta seguridad.


Pri­mer comunicado

Por nues­tra con­di­ción de extran­je­ros resi­den­tes en este esta­do, a menu­do se nos cri­mi­na­li­za con la inten­ción de dete­ner­nos y depor­tar­nos, pues así lo per­mi­te la ley: según la Con­ven­ción Euro­pea de los Dere­chos Huma­nos, se pue­den depor­tar los extran­je­ros resi­den­tes en el Rei­no Uni­do que repre­sen­ten una ame­na­za para la segu­ri­dad nacio­nal. A los extran­je­ros se les impo­ne actual­men­te penas de cár­cel de doce meses o más, en espe­ra de su depor­ta­ción. Las depor­ta­cio­nes se efec­túan en vue­los pri­va­dos ad hoc, con per­so­nal de segu­ri­dad que tor­tu­ra y abu­sa de los pre­sos duran­te el pro­ce­so. Los pre­sos son rete­ni­dos, ata­dos, gol­pea­dos y tra­ta­dos con vio­len­cia en el avión.

El 26 de julio de 2010, un pre­so de Cam­ps­field tra­tó de sui­ci­dar­se a cau­sa del tra­ta­mien­to reci­bi­do en dicho centro.

Amnis­tía Inter­na­cio­nal tam­bién a juz­ga­do que nues­tro encar­ce­la­mien­to vul­ne­ra los Dere­chos Huma­nos, mun­dial­men­te reconocidos.

Somos tor­tu­ra­dos, rete­ni­dos, ata­dos como ani­ma­les y gol­pea­dos duran­te el pro­ce­so de depor­ta­ción. Esto no pue­de ser legal, pues hay una dis­po­si­ción en la Con­ven­ción Euro­pea de los Dere­chos Huma­nos que prohí­be la tor­tu­ra, tan­to men­tal como física.

Con dolor, pedi­mos al gobierno, al Par­la­men­to, a la Cáma­ra de los Comu­nes, a los par­la­men­ta­rios y a las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes que nos ayu­den y tra­ten esas cues­tio­nes, que no sólo afec­tan a nues­tras vidas y nues­tro futu­ro, sino tam­bién a los miles de nues­tras fami­lias, que sufren constantemente.

Los pre­sos – Cam­ps­field House


Varios pre­sos en el cen­tro de deten­ción de inmi­gran­tes de Cam­ps­field Hou­se (a car­go de la empre­sa pri­va­da GEO Group Ltd.) cer­ca de Oxford se encuen­tran actual­men­te en huel­ga de ham­bre para pro­tes­tar por su situa­ción. Los pre­sos saca­ron este comu­ni­ca­do hace unos días, pero has­ta la fecha no se había publi­ca­do, sino que sólo cir­cu­la­ba por lis­tas de correo.

Segun­do comunicado

Encar­ce­la­dos ile­gal­men­te (mar­tes 3 de agos­to de 2010)

Apre­cia­mos los esfuer­zos y el apo­yo que hemos recibido.

A día de hoy con­ti­nua­mos luchan­do por nues­tros dere­chos. A día de hoy, noso­tros, los dete­ni­dos, segui­re­mos luchan­do por la liber­tad y la segu­ri­dad, que son nues­tros dere­chos fundamentales.

Resul­ta increí­ble que el mis­mo país que defien­de los dere­chos huma­nos y la liber­tad y que abo­lió la escla­vi­tud toda­vía prac­ti­que un tra­to tan inhu­mano hacia per­so­nas con los mis­mos dere­chos. Todo esto a escon­di­das del mun­do ente­ro, con la inten­ción de que nadie se de cuen­ta de esta injus­ti­cia que las ins­ti­tu­cio­nes apoyan.

A día de hoy, levan­ta­mos nues­tras voces has­ta que alcan­ce­mos la liber­tad. Más de 140 dete­ni­dos hemos toma­do la deci­sión de no comer y no dor­mir has­ta que nues­tras vidas y las vidas de nues­tras fami­lias vuel­van a la normalidad.

Has­ta aho­ra, ni la Agen­cia para el Con­trol de Fron­te­ras del Rei­no Uni­do ni Inmi­gra­ción se han pues­to en con­tac­to con noso­tros en rela­ción con nues­tra pro­tes­ta. Han escu­rri­do el bul­to y se han nega­do a esta­ble­cer nin­gu­na comu­ni­ca­ción o diá­lo­go con noso­tros. Esto es un signo evi­den­te de la debi­li­dad de la Agen­cia para el Con­trol de Fron­te­ras y de que entien­den que lucha­mos por una bue­na causa.

Hemos leí­do en la pren­sa que aquí tene­mos máqui­nas expen­de­do­ras y ser­vi­cio médi­co. Es obvio que Inmi­gra­ción no tie­ne ni la más míni­ma idea de las difi­cul­ta­des a las que nos afron­ta­mos. Nues­tras vidas están en peli­gro, no tene­mos nin­gu­na liber­tad, nos están tor­tu­ran­do, y aún así Inmi­gra­ción habla de máqui­nas expen­de­do­ras. Son afir­ma­cio­nes malin­ten­cio­na­das para negar o qui­tar impor­tan­cia al peso de nues­tra con­vic­ción. ¿A caso pue­de una máqui­na expen­de­do­ra dar de comer a 140 personas?

Nues­tras vidas y nues­tra liber­tad ten­drían que con­tar lo mis­mo que las del res­to de los más de seis mil millo­nes de huma­nos en el mun­do. Nues­tras fami­lias están sufrien­do, nues­tros casos ten­drían que ser revi­sa­dos a menu­do, nues­tra deten­ción ten­dría que ser jus­ti­fi­ca­ble, se nos ten­dría que dar el tiem­po sufi­cien­te para un pro­ce­so judi­cial jus­to, no ten­dría­mos que estar dete­ni­dos indefinidamente.

En Julio de 2010, el juez Jus­ti­ce Sil­ber dic­tó que la polí­ti­ca de depor­ta­ción ace­le­ra­da era “ilí­ci­ta y debe ser anu­la­da”. Sin embar­go, la Agen­cia para el Con­trol de Fron­te­ras aún se per­mi­te dicha prác­ti­ca, la cual se opo­ne a la sen­ten­cia de Jus­ti­ce Silber.

Lan­za­mos esta pre­gun­ta al aire: ¿Hay algún moti­vo que pue­da jus­ti­fi­car la deten­ción, por par­te de cual­quier orga­ni­za­ción, ins­ti­tu­ción o esta­do, de una per­so­na con fami­lia (mujer e hijxs) duran­te tres años?

Sabe­mos tam­bién que cabe la posi­bi­li­dad de que nues­tros esfuer­zos se vean repri­mi­dos y que nues­tra voz no lle­gue al gobierno o al ente ade­cua­do. A pesar de ello, segui­re­mos luchan­do día tras día.
Humil­de­men­te pedi­mos que el Par­la­men­to y el Con­se­jo de Minis­tros hagan caso a nues­tras sin­ce­ras preo­cu­pa­cio­nes, pues­to que nues­tras muje­res, hijxs y tam­bién noso­tros, los pre­sos, esta­mos murien­do muy lentamente.

Esta noche, dor­mi­re­mos en el exte­rior, enci­ma de la hier­ba, y nos nega­re­mos a dor­mir den­tro. Mere­ce­mos ser escu­cha­dos y, has­ta enton­ces, lucharemos.

A pesar de todo, cree­mos que la gen­te tie­ne un buen cora­zón y que todxs tene­mos dere­cho a vivir.

Noso­tros, sim­ple­men­te; los presos.
(En nom­bre de todos los presos).


Infor­ma­ción reco­pi­la­da y tra­du­ci­da por M. para La Haine.
Tex­tos ori­gi­na­les en inglés dis­po­ni­bles en: http://​www​.clo​se​cam​ps​field​.org​.uk/

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