El Egin, la Irautxa y la Ikurriña en Quito a principios de los ochentas/Había varios militantes de partidos y movimientos de Izquierda que escaparon de la dictadura de Pinochet, había algunos palestinos que llegaron por esos dias como polizones al puerto ecuatoriano de Guayaquil y luego trasladados a Quito, varios vascos deportados por el gobierno de Felipe González y claro algunos colombianos militantes de movimientos de Izquierda que escapaban de los escuadrones de la muerte…
todos vivian en la Vicentina, un barrio antiguo, de gente pobre y muy hospitalaria de la ciudad de Quito. Visitaban el taller de Guayasamin en donde los vascos hablaban del Guernica de Picasso, los palestinos aprendian castellano, los chilenos compartian documentos del MIR y de otras organizaciones políticas y los vascos hacían leer El Egin, un diario vasco en los que el grupo se enteraba que a pesar de que el dictador Franco había muerto, en el reino español se seguía torturando, que las cárceles seguian llenas de presos políticos, se desaparecía a militantes vascos.
Eran los días en que España estaba gobernada por el Partido Socialista Obrero Español de Felipe González.
Un día de esos los vascos no compartieron el café de la mañana y al revisar su habitación fué fácil deducir que habian sido detenidos, alguien encontró un número de teléfono y llamó a Bilbao a algún familiar y allá se movilizaron. Ellos leyeron el diario madrileño el Pais y les llamó la atención uno de los titulares que decía “en limpia operación policial rescatan a industrial vasco que estaba en poder de Eta” En Bilbao concluyeron con razón y con certeza, que los vascos residentes en Quito habian sido detenidos y torturados por la policía española; en la madrugada del día siguiente el periódico El Egin titulaba “no fué tan limpia la operación policial” y daba cuenta del secuestro y de la tortura a la que fueron sometidos los militantes vascos en Quito por parte de policías españoles. El gobierno español actuaba como en tiempos de la Inquisición enviando a sus asesinos a torturar, a matar y a sembrar el terror a sus ex colonias.
Hablaban mucho de historia, lo determinante que fué la participación del Pueblo Vasco en la lucha contra la dictadura y su derrocamiento; se hablaba de política internacional, de presos políticos y se compartian los pocos recursos materiales de los que disponía el grupo. Nunca se habló de atentados ni de acciones militares, ni de unidad de acción. En la memoria de quien escribe esta nota quedaron grabados el nombre del periódico El Egin (cerrado por el gobierno español), la palabra Irautxa que significa Revolución y el de la bandera vasca que en eusquera se llama Ikurriña.
Pasó algún tiempo y los medios informaron que el gobierno de Felipe González (Psoe) ordenó la desaparición de varios militantes y abogados vascos que luego de meses encontraron enterrados en cal para evitar ser descubiertos; Ahora en nuestros días, los medios españoles dan cuenta que el gobierno de ese reino ilegalizan partidos políticos y detienen cada año a miles de sus habitantes que se niegan a seguir siendo una de las últimas colonias españolas.
Hace días el gobierno cubano expulsó a agentes policiales que entraron a Cuba para espiar a los vascos que viven en la Isla desde que fueron deportados por Felipe González y que también llegaron en los ochentas a México, Venezuela, Ecuador y países africanos. Hoy en día hay agentes policiales encubiertos en Venezuela sin permiso del gobierno Bolivariano.
Es actual la información donde vinculan en una investigación a la guerrilla colombiana y al movimiento vasco de liberación y que además inculpan de colaboración al gobierno venezolano. Quien escribe esta nota nunca ha leído que fuerzas guerrilleras colombianas hayan utilizado las bombas Lapas que según los grandes medios españoles miembros de Eta enseñaron a fabricar guerrilleros de las FARC, tampoco se ha visto que la misma guerrilla haya utilizado teléfonos celulares para explosionar algún artefacto y tampoco la guerrilla contrataría a conductores particulares para trasladar a sus miembros al sitio de los supuestos cursos de explosivos y menos a los profesores. Una cosa fueron los Incas y otra muy distinta los Incapaces, dicen los habitantes del Cuzco cuando se refieren a los españoles.
El gobierno del reino español no tiene autoridad moral para hablar de presos políticos cuando miles de ciudadanos vascos están en las prisiones españolas, no tiene autoridad moral para inculpar de terrorismo a movimientos de Liberación cuando acompañaron a Estados Unidos e Inglaterra a invadir a Iraq y hace pocas horas sus tropas (compuesta por latinoaméricanos) han asesinado a humildes pobladores afganos. Tienen, además, una larga cuenta por pagar por el asesinato de más de treinta millones de hombres y mujeres que habitaban el continente mal llamado América; con el saquéo y el sometiemiento a la esclavitud de los pobladores de Africa a los que hoy les niegan sus mínimos derechos.
Hoy, los que tienen que callar son los todopoderosos del reino, no los pueblos.
Los todopoderosos del reino se asustan de los fantasmas que ellos mismos crearon, pero, para que se tranquilicen se da testimonio de que en el encuentro con militantes vascos en Quito no se aprendió a fabricar bombas, tampoco a manejar armas.