Evo: Ahora sí podemos acelerar el proceso de cambio y hablar de socialismo
García Linera: Dialogaremos y tomaremos en cuenta todas las posiciones, pero las minorías deben entender que en democracia la mayoría manda y que la «oposición salvaje» que rechazaba los consensos ha sido derrotada
(Bolpress) El pueblo boliviano ha demostrado que es posible cambiar el país mediante el voto y con una revolución democrática y cultural; ahora Bolivia tiene el camino abierto para aplicar la nueva Constitución, acelerar el proceso de cambio y debatir profundamente sobre el socialismo, dijo Evo Morales luego de ser reelegido como Presidente con mayoría absoluta de votos en las elecciones generales del 6 de diciembre.
Me siento muy contento y feliz porque el 63 por ciento de los electores apoyó la revolución cultural y democrática cultural, que ha dejado de ser una bandera de un partido y se ha convertido en el proyecto político del pueblo boliviano, celebró el Presidente ante miles de simpatizantes congregados en Plaza Murillo de La Paz para festejar la reelección de su líder.
«Estoy muy sorprendido por el resultado, pese a tantas adversidades, mentiras y ofensas; hasta esta mañana circulaban en Internet provocaciones y mentiras, pero creo en la conciencia de los movimientos sociales del campo y de la ciudad para derrotar a las provocaciones», discurseó el Mandatario desde el balcón de Palacio de Gobierno.
En nombre del MAS, Morales dio las gracias a los sectores sociales de la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), a la Central Obrera Boliviana (COB), al pueblo boliviano, a los residentes bolivianos en el extranjero y a la comunidad internacional, y felicitó a todos por su probada vocación democrática. La masa popular le respondió con vítores y gritando «¡arriba, abajo, la derecha al carajo!»
El Presidente agradeció al pueblo de La Paz, Oruro y Potosí por acompañarlo en las buenas y las malas y sobre todo por darle al MAS cuatro senadores en cada uno de esos departamentos. «En Chuquisaca tenemos garantizados tres senadores; en Tarija dos senadores y posiblemente un tercero; en Cochabamba aseguramos tres senadores y está en disputa el cuarto», festejó.
Evo saludó el gran esfuerzo de los simpatizantes de su partido en Pando, Beni y Santa Cruz. A pesar de que el MAS no ganó en esos departamentos, «tenemos dos senadores en cada uno, donde antes no teníamos ni siquiera diputados (…) Si bien no ganamos en todos los departamentos, sí avanzamos y en algunas regiones ya perdieron el miedo… Tanto se comentaba en los medios de comunicación que la clase media abandonó al Presidente Morales, falso, la clase media, los profesionales,las ciudades están con el proceso revolucionario».
El jefe del MAS aprovechó la oportunidad para resaltar el enorme crecimiento de su partido: «Empezamos este proyecto con apoyo de 3,9% en las elecciones de 1997; en las elecciones de 2002 llegamos al 20%; en 2005, a casi al 54 por ciento, y después de cuatro años de gestión ganamos con casi 64 por ciento, lo que demuestra la confianza del pueblo en un proyecto político».
«Nadie creyó que el indiecito iba a mantenerse en el cargo mucho tiempo; los grupos neoliberales y derechistas dijeron que en unos seis meses volverían a ocupar los puestos que mantuvieron desde 1985», declaró Morales en la mañana.
Sin embargo, «el indiecito ignorante» despreciado por la clase media ganó cuatro comicios consecutivos en los últimos cuatro años: con 53,7% de votos en las elecciones de diciembre de 2005; con 51% en las elecciones de asambleistas en julio de 2006; con 67% en el referéndum revocatorio de agosto de 2007, y con 62% de votos en el referéndum constitucional del 25 de enero de 2009.
El Primer Mandatario expresó su satisfacción porque desde que asumió la Presidencia en enero de 2006, cada vez más bolivianos se sumaron al proceso de cambio, y en cuatro años de gobierno se ha convertido en un líder reconocido mundialmente, «no como antes cuando a los pocos meses de estar en el poder los gobiernos se desgastaban».
Morales prometió que la movilización y el esfuerzo del pueblo boliviano que hizo posible la histórica victoria de este domingo no serán en vano. «Ahora que nos dan la oportunidad de otros cinco años de gobierno, Álvaro y yo queremos mejorar el servicio al pueblo boliviano».
Por primera vez los bolivianos eligieron nuevas autoridades el amparo de la nueva Constitución Política elaborada con la participación de todos los sectores representativos y aprobada en un referéndum. «Que obtengamos más de dos tercios en diputados y senadores me obliga a acelerar el proceso de cambio; ahora tenemos el camino libre para aplicar la Constitución en beneficio de todos, entendiéndonos como bolivianos y dialogando con distintos sectores …», recalcó Morales.
El Presidente señaló que su triunfo no es solamente para los bolivianos, sino «fundamentalmente un fruto dedicado a los pueblos y gobiernos antiimperialistas (…) Ahora tenemos una enorme responsabilidad con Bolivia y también con la humanidad de profundizar y acelerar el proceso de cambio y proclamar el socialismo; el 13 y 14 de este mes vamos a debatir profundamente sobre socialismo en una cumbre de jefes de Estado del ALBA para salvar a la humanidad en su conjunto».
La derecha derrotada
Bolivia no celebró una elección presidencial cualquiera; «por su alcance, profundidad e impacto de irradiación, esta elección marcará profundamente la historia de los próximos 50 años», destacó el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana al inicio de la jornada.
Y es que este domingo 6 de diciembre no sólo se definía el segundo mandato constitucional de Morales y del Vicepresidente Álvaro García, sino también el futuro político de la oposición derechista en Bolivia, que hizo lo imposible por derrocar al odiado «indio comunista», primero con un referéndum revocatorio, luego con un golpe cívico empresarial y finalmente contratando a una banda de terroristas para asesinarlo.
Morales derrotó a todos los opositores que se pusieron en su camino. Primero cayeron los ex presidentes Carlos Mesa y Jorge Tuto Quiroga de la alianza conservadora Podemos; luego se fracturó el club de prefectos opositores del desaparecido Conalde; después se derrumbó el bloque cívico empresarial autonomista de la extinta «media luna», y ahora caen Samuel Doria Medina de Unidad Nacional y los dos veces derrotados Manfred Reyes Villa y Leopoldo Fernández.
Manfred Reyes Villa, candidato del Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN), nació en de La Paz el 19 de abril de 1955. Es hijo de militar y oficial de Ejército. En la década de 1970 fue agregado militar de la embajada de Bolivia en Estados Unidos y en 1976 egresó de la Escuela de las Américas. Fue edecán del coronel Luis Arce Gómez, ministro de Gobierno del ex dictador Luis García Meza (1980−81) y en 1986 abandonó la carrera militar.
Debutó en política como concejal de ADN en 1990 y en alianza con el desparecido Movimiento Bolivia Libre (MBL) fue elegido alcalde de Cochabamba. En 1993 fundó su partido Nueva Fuerza Republicana (NFR) y fue reelecto como alcalde por cuatro períodos consecutivos desde 1993 hasta el año 2000. Se lo conoció como el «alcalde estrella» de Cochabamba y también como el cómplice de la privatización del agua que derivó en la Guerra del Agua en abril de 2000.
Entre 1997 y 2003 se asoció con ADN, MIR y MNR; en 2002 candidateó a la Presidencia junto al empresario cruceño Ivo Kuljis, y entre 2002 – 2003 se alió con Gonzalo Sánchez de Lozada. En 2005 fue el primer prefecto electo de Cochabamba.
Reyes Villa vociferó el 12 de enero de 2007 en la plaza principal de Cochabamba «¡adelante Santa Cruz con su independencia!». A principios de 2008 exigió un referéndum revocatorio para sacar a Morales de Palacio, pero lo revocaron a él como prefecto con el 64.81 % de votos el 10 agosto de ese año.
El prefecto revocado lanzó su candidatura a la presidencia en las elecciones de 2009, junto al ex prefecto de Pando Leopoldo Fernández, detenido hace un año en el penal de San Pedro de La Paz acusado de ser autor intelectual de una masacre de campesinos en septiembre de 2008.
El ex «cacique» Leopoldo Fernández se inició en la política en 1978 como militante del MNR y fue director del Instituto Nacional de Colonización en la dictadura de Luis García Meza en 1980. Fue parlamentario de Acción Democrática Nacionalista (ADN) casi 30 años, presidió la Cámara de Senadores, fue ministro de Gobierno y Presidente interino de Bolivia.
Fernández fue generoso con las familias Zuzuki Melena, Shimokawa, Bravo, Pinto, Villalobos, Murakami-Pinto, y con todo el clan Fernández-Ferreira. Apoyó a barraqueros con el Decreto Supremo 25532 reglamentario de la Ley Forestal o «Decreto barraquero», por medio del cual los latifundistas pandinos y benianos obtenían cientos de miles de hectáreas de tierra.
«Con todas las debilidades económicas que hemos podido tener, habrá una respuesta contundente del pueblo boliviano que busca la paz, la unidad, la seguridad humana a favor de nuestra candidatura», dijo el candidato del PPB Reyes Villa en la víspera, pero hoy volvió a perder.
Le fue peor al candidato de Unidad Nacional (UN) Samuel Doria Medina, nacido en La Paz el 4 de diciembre de 1958 y egresado de economía de la Universidad de Harvard y de la London School Economics.
El padre de Doria Medina era socio minoritario de la Sociedad Boliviana de Cemento (SOBOCE), tomó el control de la empresa gracias a los dólares «preferenciales» repartidos a manos llenas por el gobierno de Hernán Siles y Jaime Paz entre 1882 y 1985, y en 1986 su hijo Samuel asumió la presidencia de la cementera.
En pocos años Samuel Doria Medina compró las fábricas de cemento Viacha, Fancesa, Warnes y El Puente, se diversificó con la firma Áridos «San Roque», la empresa de viguetas «Concretec» y pre mezclados «Ready Mix», y luego adquirió la franquicia de Burger King.
Doria Medina militó en el MIR del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989−93) y fue su ministro de Planificación y Coordinación, desde donde impulsó la privatización de empresas públicas. «Privatizaré una empresa estatal por semana», decía el joven ministro.
Doria Medina impulsó la liquidación de los bancos del Estado, Minero y Agrícola, y entre 1991 y 1993, junto a su colega ministro Jorge Quiroga, hizo aprobar la Ley de Inversiones y el Decreto 22836, precedentes directos de las leyes de Capitalización e Hidrocarburos promulgadas por el gobierno de Sánchez de Lozada.
Doria Medina adjudicó al terrateniente Branco Marinkovic la ex fábrica de aceite El Rey de Villamontes; la Hilandería Santa Cruz a Raúl Garáfulic Gutiérrez, ex dueño de ATB-La Razón, y se apoderó de varias empresas que él mismo privatizó, como por ejemplo las cementeras El Puente de Tarija y FANCESA de Sucre.
En mérito a su destacada trayectoria como funcionario y ejemplar defensor de la política neoliberal en boga, en 1993 fue electo gobernador del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.
En noviembre de 1995 fue secuestrado por un comando del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) de Perú y su familia tuvo que pagar 1,3 millones de dólares por su rescate tras 45 días de encierro.
Doria Medina postuló a la vicepresidencia con Paz Zamora en las elecciones de 1997; en 2004 fundó Unidad Nacional (UN) con disidentes del MIR, y se postuló a la presidencia en las elecciones de 2005, logrando el 7,81 por ciento de los votos.
El gobierno invita al diálogo
El Presidente Evo Morales invitó esta noche a autoridades, cívicos, alcaldes, empresarios e intelectuales opositores a que «vengan a trabajar conmigo (porque) al margen de cualquier reivindicación de carácter regional o sectorial, primero está Bolivia».
«Espero que la oposición abandone la posición salvaje de rechazar cualquier tipo de iniciativa gubernamental, el diálogo y los consensos, que fue lo que hizo en estos últimos años generando conflictos en 2007 y 2008. Esa oposición salvaje fue derrotada», sentenció el Vicepresidente reelecto García Linera.
El Segundo Mandatario recomendó a la oposición respetar la regla de oro de la democracia: «La mayoría manda y la minoría hace respetar su posición… La minoría debe ser reconocida como oposición, pero no tiene derecho a veto. Eso la convierte en una oposición salvaje».
García dijo que el compromiso de la mayoría política será buscar diálogo con las minorías para tomar en cuenta sus posiciones y hacer respetar su punto de vista, «pero en contrapartida la minoría tiene que entender que hay una mayoría y en democracia la mayoría es la que dirige».